Numerosas personas leen tres periódicos por día (el de la mañana, la tarde y la noche): es un modo de derramar su rosario de inconsciencia en los ómnibuses, los trenes subterráneos o cuando están sentados a la mesa familiar. Las noticias entran por un ojo y salen por el otro; eso cansa sencillamente la retina y predispone al sueño. Pasan las horas, pasan los días, pasa la vida. El acontecimiento está alrededor; no entramos dentro de él...
Empero, cada día se imprime la cantata de esperanza.
Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches
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