Incluso el demonismo, que hasta la fecha era tan interesante, tiene ahora un brillo apagado y trivial. En los últimos años el mundo entero se ha vuelto demoníaco. El demonismo ya no distingue al dandy de lo cotidiano. Uno ha de convertirse en santo, si todavía quiere seguir distiguiéndose.
Hugo Ball, La huída del tiempo
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